EL domingo 26 de abril era el primer día - en España- luego de 40 encerrados, donde los niños salían por primera vez
y me crucé fugazmente con varios de ellos aferrados a las manos y brazos de sus padres
¡¡algunos realmente diminutos!!
¡¡algunos realmente diminutos!!
Sonreía para inspirarles confianza con todos cuantos me iba cruzando...porque se adivinaban miradas temerosas y grandes...destacadas por las mascarillas que dejaban al descubierto apenas los ojos de sorpresa ante un extraño que se cruzaba en su camino;
alguno saltaba hacia un lado tratando de protegerse del "intruso" que avanzaba en dirección contraria hasta "invadir" su espacio...
Miradas de desconfianza de vecinos de calle es los que apenas habíamos reparado y ahora comprobamos que rehúyen de nuestra presencia...
Necesitaremos rescatar libertadas olvidadas
recuperar la confianza...en lo que desconfiamos
Vienen etapas de mamparas para separarnos del contacto con " nosotros mismos"
de mascarillas y pantallas
de geles y distancias...
Corren malos tiempos, porque ahora que es cuando mas necesitamos un abrazo y el contacto físico...
cuando más cercanía que nunca necesitamos..
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