La cara, dicen, es el espejo del "alma".
Y tal vez son tiempos en los cuales un observador objetivo, imparcial e intuitivo es capaz de adivinar de un simple gesto inicial del "contrario" si el día del "observado" goza de salud o requiere de una inyección que motive y dinamite su estado.
A veces, el gesto tenso motivado por una preocupación o un mal día, interfiere no sólo en el aspecto del rostro que lo hace menos atrayente, sino que lo proyecta sobre todo su alrededor ; y lo que es peor, sobre su psique y su conformación corporal.
Me sorprende analizar a lo largo del día, cómo el gesto pasa de contraerse a dilatarse
como una sonrisa puede expandirse y estirarse luego de un inicio glacial
o como una mirada sombría y oscura, se torna en brillante y decidida...
Es complejo controlar nuestra propia gestualidad a lo largo del día
pero resulta tremendamente fácil controlar, equilibrar y restaurar esa opacidad del semblante
para hidratarlo,
rodeándose únicamente...de una sonrisa
A veces, el gesto tenso motivado por una preocupación o un mal día, interfiere no sólo en el aspecto del rostro que lo hace menos atrayente, sino que lo proyecta sobre todo su alrededor ; y lo que es peor, sobre su psique y su conformación corporal.
Me sorprende analizar a lo largo del día, cómo el gesto pasa de contraerse a dilatarse
como una sonrisa puede expandirse y estirarse luego de un inicio glacial
o como una mirada sombría y oscura, se torna en brillante y decidida...
Es complejo controlar nuestra propia gestualidad a lo largo del día
pero resulta tremendamente fácil controlar, equilibrar y restaurar esa opacidad del semblante
para hidratarlo,
rodeándose únicamente...de una sonrisa
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