Y el "hombre" , para desasir a la anciana del bolso y arrebatárselo, le golpeó dándole un tremendo puñetazo en el rostro que la tiró al suelo dejándola inconsciente.
Resulta dañino a la vista y al espíritu ser observador de tal acción, tan cruel y con tanta violencia; y supongo que es prudente silenciar lo que nos pasó a todas las personas de bien por la cabeza ( porque podríamos convertirnos por un instante en personas de "mal") y que a buen seguro a todos nos recordó a nuestras madres, abuelas, o esposas (dependiendo de las circunstancias y edad del lector).
Y lo que tanta rabia e impotencia nos provocó, se amortigua con otra noticia aparecida en las televisiones esta misma semana, donde un HOMBRE ( esta vez sí con mayúsculas) defendió a su pareja del ataque de un tiburón propinándole varios puñetazos hasta que consiguió salvarla (malherida en una pierna). Y declaró que su impulso heroico lo fue porque pensó en ella y en que no podía dejar al pequeño sin su madre.
Qué diferente impronta en la fuerza de los brazos entre uno y otro personaje...y sobre todo, qué valentía en uno... y ¡¡ qué insoportable cobardía en el otro!!
( Me inspira una frase que leí - J. D. M- " me cierras la puerta, yo te abro la ventana".
Ante la existencia de noticias negativas, siempre aparecerá una positiva que abrirá la esperanza)
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