Resurgen (nuevamente, palabra que empieza con R) cuando casi nadie creía en ellos.
El Real Madrid gana una nueva Champions ( la 14) cuando ni
era el favorito ni se apostaba por su capacidad.
Los Rolling Stones el pasado miércoles día
1, dan un concierto memorable ( al que asistí, una vez más) ante la incredulidad
de los que piensan que su edad resta su capacidad de “simbiosis” con el
público. Simbiosis porque es una mezcla
perfecta donde unos somos terrenales (los que nos consideramos Stonianos) y los
otros, “ellos”, los artífices de la magia que provocan.
Rafael Nadal, porque contra todo pronóstico GANA una vez más
el Roland Garros, cuando su “presunta” edad, su costilla recientemente fisurada
y sobre todo su maltrecho pie izquierdo, hizo pensar que no sería capaz de una nueva
hazaña.
Y mi reflexión no deriva únicamente de la tremenda emoción agolpada en escasos días en estas 3 R que nos hicieron un regalo “inesperado”,
sino en que en todos ellos fueron capaces, frente a la incredulidad de muchos, de
remontar, creer y dar el máximo en sus actuaciones.
Cuando no creas en algún objetivo personal y te sientas
derrotado, o simplemente cuando no crean en ti, piensa sencillamente en estos 3 R. Hasta el último segundo... incombustibles, infinitos y ... vencedores
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