Esta tarde , de forma totalmente involuntaria, fui testigo en mi rincón de vacaciones sobre la arena de la playa de una conversación que me pareció rocambolesca...pero me hizo sonreir y reflexionar:2 personas cerca de mi toalla en donde sólo una de ellas hablaba con términos de reproche mientras la otra permanecía en absoluto silencio. Aguantó y aguantó ( ¡ y aguanté, porque estaban tan cerca y con voz tan elevada mientras trataba de evadirme de lo que ocupa mi cabeza 235 dias al año, que no podía "silenciar" mis oidos)- Y luego de 10 minutos de tanta crítica y censura a la otra persona "muda", ésta explicó y rebatió en apenas 20 segundos un porqué de su actitud. Y presuntamente era razonable.
Y pensé...¡¡ ves!! ¡si le hubieras escuchado antes!. O tal vez...¡¡ ves, si te hubieras expresado antes!!
no hubiera sido testigo indirecto de una amonestación finalmente innecesaria.
Y eso me hizo pensar en la de veces que nos ocurren en la vida situaciones similares por no saber escuchar...o por no saber expresar.
Me hizo recordar la de familias y amigos "desunidos" por estar unos "sordos" y/o los otros "mudos" ante situaciones duraderas de malentendidos que se pudieran arreglar con una simple conversación.
La de infructuosas negociaciones rotas por no saber moldear la oportunidad de expresarse con claridad, y escucharse con atención...cuando en muchas de las ocasiones siempre hay un motivo que puede terminar en acuerdo y conformidad.
En la de veces que la gente calla, cuando debiera expresar para explicar su porqué; y casi con toda seguridad sería aceptado.
En la de parejas que se quedan sin palabras...cuando pudieran rescatar el vocabulario moderador y de concordia
En la de vecinos y pueblos, que si dejaran su silencio roto y lo convirtieran en palabras, tal vez reconstruyeran su equilibrio universal.
Piensa si existe esa posibilidad de rescatar aquella amistad, familia o compañero/a para, dejando de lado tu silencio, trates de anular lo gris dejando paso a un rayo de esperanza.
¿ Hablamos?
