la de situaciones complejas que vemos a diario de gente en el fútbol gritando totalmente enfurecidos por un error ( generalmente involuntario) del árbitro o un futbolista del propio equipo; agrandado al extremo de padres enrabietados en partidos de fútbol infantil pretendiendo erigirse en árbitros armados con una munición verbal destructora,

la de bocinazos y gestos coléricos por un entorpecimiento banal y puntual en la circulación de las ciudades...
la de reproches y salidas de tono, en la mayoría de las ocasiones, inoportunos, improcedentes e inoperantes.
Y pasaba caminando desconcertado por esas "visiones" nocivas en la salud mental de la gente, cuando de repente me encontré a un vagabundo sentado junto a su perro...haciendo sonar una flauta.
Ajenos a la desarmonía ( "perroflauta") con la que despectivamente le tilda parte de la población...
Y el desasosiego de tanta contrariedad en la sociedad, de tanta carga negativa en acciones y omisiones deshumanizadas, se paralizó por un momento. Y en sus ojos ví armonía,
el equilibrio justo que vagaba ausente en la gente que pasaba por delante de su moderación y quietud
Y me hizo reflexionar en que su aspecto de vida desordenada, con sus trapos y desorden aparente junto a su perro y su flauta, dotaba de armonía el ambiente desafinado de la sociedad.
Y sonreí
Y pensé de nuevo en palabras, ilusiones y emociones...
Sus notas, me hicieron por un momento rescatar el equilibrio emocional